TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES Y PROGRAMAS DE AYUDA MUTUA

La ayuda mutua llevada al ámbito de los proyectos sociales, supone establecer acciones que impliquen reciprocidad, cooperación y donde el trabajo en equipo revierte en un beneficio mutuo para todos participantes. Este concepto trasladado al ámbito de la Terapia asistida con animales conlleva el diseño de proyectos que contemplen actividades, a llevar a cabo por parte del colectivo humano beneficiario y los animales intervinientes, que reviertan de manera positiva en ambos.

Este enfoque se hace posible en todos los contextos donde se llevan a cabo intervenciones terapéuticas con animales, si bien, en IMG_3461nuestra opinión, es en el ámbito de la protección animal donde este modelo se materializa en todo su esplendor. Las protectoras de animales, centros de recuperación de fauna silvestre/salvaje y santuarios de animales de granja, entre otros contextos centrados en la protección y bienestar animal, proporcionan infinidad de recursos que permiten diseñar programas muy eficaces para la intervención con diversos colectivos que plantean necesidades muy diferentes.

Actualmente en España presenciamos un importante incremento de las entidades dedicadas a la protección animal que incorporan programas de terapia para la intervención con colectivos humanos vulnerables. Sin embargo, existe poca información al respecto y se hace necesario el difundir las posibilidades y potenciales beneficios que estos programas pueden ofrecer a entidades de protección animal y personas en situación de vulnerabilidad y/o con necesidades especiales. En Humanymal apostamos por los programas de ayuda mutua en contextos de protección por diversas razones,

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  • Ofrecen la posibilidad de implicar a las personas beneficiarias del programa en acciones que tienen una consecuencia real que pueden palpar y que revierte en la mejora de la calidad de vida de otro ser vivo, con todo lo que ello implica.
  • Tienen la obligación de contemplar como eje del programa, las necesidades de los animales intervinientes tanto como las del beneficiario humano.
  • Abre grandes oportunidades para el trabajo de valores que puedan ser posteriormente generalizados a la relación con personas.
  • Proporciona un clima adecuado para la intervención emocional, fomentando aspectos como la empatía y la expresión emocional.
  • Al tratarse de entidades normalmente arraigadas en la comunidad la inclusión de ésta en los programas es más fácil que en otros contextos, favoreciendo de esta manera la difusión y la participación directa e indirecta del entorno comunitario del programa.
  • Estos programas pueden apoyar los objetivos de las entidades de protección animal a través de la aportación de recursos y la sensibilización en materia de Bienestar animal.
  • El propio entramado y funcionamiento de las instituciones de protección proporcionan actividades, relaciones, situaciones, extremadamente útiles para el desarrollo/rehabilitación de personas.

Existen muchas más razones y también muchos aspectos sobre los que deberíamos reflexionar, como ejemplo: Sabemos que la violencia hacia animales está asociada a una mayor probabilidad de ejercer violencia hacia las personas, ¿podríamos contemplar el proceso a la inversa? Es decir, las tareas de cuidado y protección de animales abandonados y/o maltratados, ¿puede contribuir a la rehabilitación de personas?