PROGRAMAS DE TERAPIA Y EDUCACIÓN ASISTIDA CON ANIMALES – CONTEXTOS DE TRABAJO
La terapia y educación asistida con animales sigue creciendo y una prueba clara de ello es la diversidad de contextos en los que se lleva a cabo, así como la variedad de especies que se incorporan día a día como animales coterapeutas en la intervención con colectivos humanos que presentan necesidades especiales. Hemos tratado de desarrollar una clasificación que contribuya a mostrar la amplia diversidad de encuadres desde los que es posible plantear programas de intervención facilitados con animales, así como las principales bondades de cada uno de ellos:
Terapia y educación asistida con animales en Entornos institucionales como residencias, centros de día, centros educativos, centros penitenciarios, hospitales, centros de acogida, de reinserción entre otros. La principal característica de estos programas es el hecho de que son los animales los que se desplazan o incorporan a los diferentes centros bien como residentes o acudiendo a las diferentes sesiones programadas con el terapeuta/educador. Son especialmente interesantes como elemento motivador, de ruptura con la rutina de centro, capaces de reducir el sentimiento de soledad, mejorar la comunicación con el entorno, estimular, etc.
Los animales que con más frecuencia participan en estos entornos con fines terapéuticos y/o educativos son, perros, gatos, pájaros y pequeños mamíferos como conejos y cobayas, si bien son los canes más los predominantes.
Una de sus principales ventajas es el hacer accesible este tipo de intervención a colectivos que tendrían muy difícil el poder desplazarse regularmente para el desarrollo de la TEAA.
Terapia y educación asistida con animales en Entornos naturales, externos al recurso de intervención primario, este es el caso de las granjas terapéuticas y/o centros de terapias ecuestres.
Una de las principales ventajas de este contexto de intervención es que supone el que el participante/paciente se desplace a un entorno natural para desarrollar la intervención. Tanto en el caso de los programas con caballos como en el caso de los animales de granja, el entorno de trabajo suele ser al aire libre, lo que proporciona estímulos muy favorecedores, el sol, los sonidos de la naturaleza, olores, el viento etc. Otro aspecto muy interesante de este tipo de intervención es la posibilidad de integrar al paciente/participante en un nuevo contexto, claramente estructurado donde el cuidado, manejo y relación con el animal es un elemento crucial.
Los animales que con más frecuencia participan en estos entornos con fines terapéuticos y/o educativos son, caballos, burros y animales de granja como cerdos, conejos, cabras, ovejas, gallinas, etc.
Terapia y educación asistida con animales en Entornos de protección animal, es el caso de albergues y protectoras de animales, centros de rescate, recuperación y rehabilitación animal, bien se trate de animales domésticos, o de fauna salvaje o silvestre.
Quizás una de las principales bondades de este contexto a la hora de implementar programas de TEAA es que proporciona a los participantes/pacientes una misión real en materia de protección y bienestar animal en la que implicarse. Dado que estos programas, se basan en el rescate, cuidado, entrenamiento y rehabilitación de animales abandonados las posibilidades de incidir sobre aspectos como la autoestima, actitudes, valores, de los participantes, son interesantes. En España las primeras organizaciones de protección animal que han incorporado programas de terapia y educación asistida con animales han sido las protectoras de animales domésticos, perros y gatos fundamentalmente.
Este tipo de programas se denominan “win win program” porque todos los elementos involucrados salen beneficiados, nos gusta trabajar en estos contextos especialmente porque mientras el animal es rehabilitado y mejora sus posibilidades de adopción, las personas en situación de vulnerabilidad, crecen, cambian la percepción de sí mismas, confían en sus capacidades, generan relaciones de confianza en otros, reducen la desesperanza en el futuro, por citar algunos procesos que hemos constatado.
Como conclusión, solo reincidir en las diversas y amplias posibilidades que las intervenciones asistidas con animales brindan cada día a miles de personas en todo el mundo, así como en el factor común a todas ellas, el vínculo persona – animal como elemento de aprendizaje, estimulación y rehabilitación.