EL BIENESTAR DE LOS ANIMALES DE TERAPIA COMO ELEMENTO CLAVE EN LA TEAA “UNA SIMPLE CUESTIÓN DE EQUILIBRIO”

“El hecho de contemplar a los animales como co-terapeutas capaces de brindar oportunidades de rehabilitación a colectivos humanos vulnerables, conlleva la necesidad de controlar exhaustivamente la salud física y psicológica de éstos, potenciando el que su participación en contextos terapéuticos y educativos contribuya también a enriquecer y mejorar su calidad de vida.”. Humanymal TAA.

          Un aspecto claramente asentado en el ámbito de la Terapia y educación asistida con animales,  es la importancia de que los animales co-terapeutas intervinientes  mantengan una buena salud física y psicológica. Para ello, además de contar con las revisiones y procedimientos veterinarios pertinentes, es importante que nos planteemos la importancia de aplicar buenas practicas que ayuden a preservar y mantener el equilibrio psicológico de nuestro compañero animal. Para conseguirlo, podemos incorporar buenas prácticas como socializar y habituar correctamente al animal, oxigenarlo y ejercitarlo físicamente antes de la intervención, supervisar el grado de exposición a estrés en las sesiones terapéuticas y educativas, ajustar el tiempo y carga de trabajo, entre otras. También es muy recomendable que estos animales tengan referentes estables fuera y dentro del trabajo que puedan proporcionarles vínculos seguros.

          En Humanymal entendemos que la terapia y educación asistida con animales resulta verdaderamente eficaz cuando pacientes, equipo humano y animales co-terapeutas se benefician de su desarrollo. Esta premisa conlleva el otorgar importancia al grado de satisfacción no sólo del beneficiario directo de la intervención, sino también de los profesionales que participan y por supuesto, del animal de terapia. Consideramos que la mera presencia del animal o el control que el equipo profesional ejerce sobre éste, no constituyen el verdadero factor terapéutico/ educativo en los programas facilitados  con animales, sino, aspectos como la libre voluntad del animal por participar, la disposición a establecer vínculos con personas, su energía y motivación en las sesiones, entre otros. Desde nuestro punto de vista, estos factores revertirán de manera crucial en la calidad y eficacia de la intervención que llevemos a cabo. Una simple cuestión de equilibrio.

 *Cuando desarrollamos actividades educativas y/o terapéuticas con animales se dan momentos de “magia” en los que todos, personas implicadas y animales, confluyen en un estado emocional común de profunda confianza y bienestar. En ocasiones, se produce cuando compartimos la alegría de ver avances en nuestros pacientes, en situaciones de cooperación y trabajo en equipo,  o sencillamente, cuando pacientes y animales nos regalan situaciones que denotan cambios positivos mucho más allá de lo que habíamos previsto.

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